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Arquitectos: Claudia Rodriguez + Louise Rouzaud
- Área: 380 m²
- Año: 2024

Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa se encuentra dentro de una reserva ecológica cerca de Valle de Bravo en el Estado de México. Está compuesta por volúmenes independientes emplazados en distintos niveles del terreno para aprovechar las vistas y maximizar las fachadas con orientación sur. Esta distribución permite múltiples recorridos. En la zona más alta del terreno se encuentran los 3 volúmenes principales de la casa, que conforman un jardín interior que vive hacia la montaña. El resto del programa está ubicado entre jardines y tiene un carácter más privado. Cada uno de los espacios habitados tiene un zaguán o un patio de acceso, que funcionan como espacios de transición entre el bosque y la casa, además de contar con terrazas techadas y jardines que expanden la casa hacia el exterior.


Las construcciones son de un solo nivel, juegan con techos planos e inclinados que enfatizan la horizontalidad y la conexión con el bosque. Los basamentos de piedra se extienden en el terreno como muros bajos de piedra seca, también conocidos como tecorrales. Los tecorrales atraviesan la arquitectura y acentúan las líneas horizontales del proyecto. Siguen la curva de nivel, acompañan los caminos que articulan los distintos elementos de la casa y se conectan con el paisaje. En su borde, además de sembrar árboles frutales, arbustos y plantas nativas, se trazaron zanjas para canalizar el agua.


La materialidad principal de la casa es la tierra, en un esfuerzo por regresar a lo local. Los muros están hechos de "machimblock", blocks de tierra cruda que se ensamblan entre sí y que le dan gran calidad térmica y acústica a los espacios. En exteriores se hicieron aplanados tradicionales con tierra y baba de nopal, mientras los interiores van recubiertos con estucos de cal y pigmentos de distintas tonalidades. Algunos muros interiores, como los del sauna y de la cava, llevan duela de madera. En los pisos se colocó piedra labrada, recinto, y madera reutilizada de la cimbra de la misma construcción. La estructura de los techos inclinados es de madera de pino, recubierta con solera de barro. Se utilizó concreto pigmentado con tierra del sitio para las losas, las columnas y las trabes de cerramiento que protegen los muros.

Los sistemas sustentables como la generación de energía solar y el tratamiento y reúso del agua complementan el diseño. Se capta y almacena el agua pluvial de los techos para utilizarse en la casa, y los excedentes se van hacia la alberca natural que está en la parte más baja del terreno y que, además de ser un elemento clave del paisaje, completa el manejo integral del agua.
































